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Yo también pensaba que el estrés era el malo de la peli...

Estaba equivocada

Me llamo Laura y hubo un tiempo en que pensaba que me había vuelto tonta, loca e incapaz. Que había perdido todas mis facultades y que ya no tenía remedio.


Por suerte, también estaba equivocada.


Pero antes de entrar en detalles es importante que sepas algo.


No hago milagros.


No tengo una barita mágica con la que eliminar todo tu estrés y hacer desaparecer todos tus males.


Tampoco creo en ello.


No creo en métodos milagrosos que resuelven todos tus problemas de la noche a la mañana de una vez y para siempre.


Las cosas de la mente, y de la vida (y el estrés lo es), no funcionan así.


Yo lo sé y, en el fondo, tú también.


Pero claro, es muy tentador. También lo sé.

  

Si alguien te dice que con X cosa te librarás para siempre de ese estrés que te está amargando la vida, quieres creerlo (tú, yo y cualquiera) y es muy fácil dejarse llevar por la promesa de algo de paz.

 

No porque seamos tontos e ingenuos, sino porque estamos tan desesperados que, si nos prometen una solución rápida y definitiva, nos agarramos a un clavo ardiendo.

 

Yo no te haré ninguna de esas promesas.

 

No es mi estilo.


Si es lo que buscas, no puedo ayudarte

 

Pero...


 si quieres un cambio real y duradero, y que la vida sea más fácil, divertida y placentera (y te comprometes con ello, claro) tengo cosas interesantes y sorprendentes, para ti.

Bien, con esto aclarado, sigo con lo que te estaba contando.

Fueron tiempos chungos. Muuuuuuy chungos.

Me había quedado atrapada en la espiral y no veía salida.

No podía concentrarme, retener información, ni pensar con claridad . Se me olvidaban las cosas, no lograba entender lo que leía, ni seguir el hilo de una peli o de una simple conversación.

Vivía con una niebla espesa y constante en la cabeza. 

Me costaba estar con otra gente, me sentía mala compañía (recuerda que mi peli mental era que había perdido mis habilidades, capacidades e inteligencia). 

Estaba irritable y angustiada.

No lograba dormir ni descansar y mantener mis actividades cotidianas era como subir el Everest con ventisca.

 Me ahogaba en un vaso de agua. 

Era incapaz de tomar decisiones. Algo tan simple como hacer la maleta para un fin de semana era un desafío que acababa en drama. 

Era todo muy surrealista.

No entendía nada…

« ¿Quién eres tú y qué has hecho con Laura? »

No me reconocía. ¡Yo no era así!

Y es que, no era yo, era el estrés a pleno rendimiento.

 Así se las gasta cuando le haces vivir constantemente al límite.

Taquicardia continua, falta de aire , inflamación, rigidez, picores, dolor de cabeza constante, tics en los ojos, digestiones imposibles, mechones de pelo por todos lados…

En fin, un horror.

Pero no llegué a ese punto de repente.

Nadie se despierta un día y de pronto está así.


El estrés (el superhéroe no, el otro) es algo que se cuece a fuego lento. Tan lento que apenas te das cuenta.

O te das cuenta, pero lo ignoras y sigues adelante mientras tu cerebro y tu cuerpo hacen lo que pueden por estar a la altura.

Somos expertos en mirar para otro lado y tensar la cuerda hasta el final, cuando ya estamos atrapados.

Pero... (por suerte) estaba equivocada. Ni había perdido la cabeza, ni me había vuelto imbécil, ni era un caso perdido.

 «Solo» tenía que entender lo que estaba pasando y aprender a llevarme bien con el estrés para poder recuperar las riendas de mi vida.

 Pero… ¿cómo?

Nadie me sabía explicar lo que me pasaba ni qué tenía que hacer para salir de esa situación que estaba acabando (literalmente) conmigo.

Así que tomé una decisión...

Me costara lo que me costara iba a descubrir cómo salir y cómo evitar volver a llegar hasta ahí y lo compartiría con el mundo.

Aún recuerdo el momento exacto en que lo decidí y me hice la promesa de no parar hasta conseguirlo.

Me obsesioné con ella y me convertí en una experta en todo lo relacionado con la gestión del estrés. Investigué, estudié y probé todo lo que estudiaba. Hasta que funcionó.

No voy a mentir, no fue fácil, pero logré salir de aquella locura y cumplí mi promesa.

Desde entonces dedico mi vida a ayudar a las personas a encontrar su camino para liderar su estrés y (entre otras muchas cosas) disfrutar de la vida.

Y con ese propósito, nació...

A Tope con la Vida y el Método Cohete

Ambos nacieron de unir toda mi experiencia y formación con mi pasión y vocación.

¿Para quién?

  • Directivas, directivos y mandos intermedios.

  • Empresarias y empresarios.

  • Emprendedores y emprendedoras.

  • Equipos de trabajo en empresas y organizaciones.

  • Personas decididas a aprender a liderar su estrés.

¿Cómo?

  • Programas grupales.

  • Procesos individuales.

  • Talleres, charlas y conferencias.

  • Formación y cursos a medida.

  • Te lo cuento mejor aquí.


Primero la práctica y después la teoría... la historia de mi vida


Reconozco que no es el camino más fácil, ni el más corto, pero creo que sí el más efectivo

Por si te lo estás preguntando, me licencié en Administración y Dirección de Empresas y comencé trabajando en banca, pero pronto vi que mis inquietudes iban por otros derroteros. 

 

Me apasionan las personas y, para mí, es esencial dedicar mi vida a algo en lo que creo.

 

Desde que tengo uso de razón me ha interesado, he observado y estudiado el comportamiento humano, la forma de reaccionar y gestionar las emociones y la manera en que nos relacionamos con nosotros mismo, con los demás y con el entorno.


Hice un intensivo en Relaciones Comerciales, Comunicación y Liderazgo y empecé a trabajar en una multinacional dirigiendo, formando, liderando y acompañando a equipos para proyectar sus carreras.

 

Monté una S.L a la que dediqué mi vida y toda mi energía durante 8 años.

 

En 2014, hice un Máster en Administración Electrónica de Empresas para digitalizar mi empresa y el universo online se abrió ante mí.

 


La empresa iba muy bien, pero casi acaba conmigo.

Así que con mucha decisión e ilusión y también con mucho miedo, decidí ser valiente y lanzarme a lo que de verdad quería (y sabía que podía) hacer.

Tomé todo lo que llevaba años estudiando por mi cuenta, toda mi experiencia trabajando con personas en muy diversos ámbitos y situaciones complicadas, mis años de acompañamiento, formación, mediación, dirección de equipos, gestión empresarial… y toda mi experiencia personal.

Lo complementé con formación específica y, desde entonces, no he dejado de formarme (ni lo haré).

Soy Máster Practitioner en PNL Transpersonal y coach certificada por la ICC.

También formadora docente y orientadora profesional.

Me especialicé en gestión de estrés, gestión emocional, creación y cambio de hábitos, atención y foco, hábitos saludables, neurociencia y todo lo que tiene que ver con la psicología, el comportamiento humano y la comunicación, así como en todo lo relacionado con los negocios y el mundo online.

El desarrollo personal “mal entendido” y todo el marketing que se ha creado a su alrededor está haciendo mucho daño.

NO ES EL MALO DE PELI

Como te decía al principio, yo también creía que el estrés el malo, el villano que todo lo destruye.

Al que había que eliminar. Y es que así nos lo cuentan.

No es verdad. 

 

En realidad es el bueno, el superhéroe, al que le debemos haber llegado hasta aquí.

Es el guardaespaldas incomprendido y maltratado que, a pesar del desprecio,

sigue velando por nosotros sin descanso.

Es nuestro más fiel y leal amigo.

El mejor aliado.

Solo tienes que aprender a entenderlo y a comunicarte bien con él

No se trata de eliminarlo, sino de aprender a liderarlo


Pero mi experiencia y mi formación no son lo único que me han traído hasta aquí.

Mis valores, mi personalidad y mi determinación han sido clave para lograrlo.

  • Nací en Bilbao y me crie entre los montes de Bizkaia, las playas de Cantabria y un pueblecito de Burgos de esos que no salen ni en el mapa. La naturaleza es parte esencial de mi vida.

  • Soy un poco terremoto (hiperactiva), soñadora, de sonrisa fácil y de la que me arranco a hablar tengo carrete para rato.

  • Vivir en diferentes ciudades de España y del extranjero me dio la oportunidad de conocer diferentes culturas, costumbres y formas de pensar… súper enriquecedor a nivel vital y profesional. Sobre todo para una curiosa insaciable como yo.

  • Conozco el estrés y la ansiedad en TODAS sus versiones, y aunque siguen sin ser mis estados preferidos, ya no les tengo miedo.

  • Me encanta el deporte al aire libre, reír, viajar y descubrir lugares nuevos sin prisa. Las personas, la aventura, los juegos de lógica, un libro que me enganche, una buena peli, moverme al ritmo de la música, cantar y las sobremesas largas con amigos. 

  • No me gustan las aglomeraciones, la burocracia, la hipocresía, la rigidez, la incoherencia, las alubias blancas, la gente borde, y que se confunda la seriedad con la profesionalidad (una cosa no tiene nada que ver con la otra). 

  • Me encanta que la vida me sorprenda y creo que lo mejor siempre está por venir.

  • No te diré que soy PAS porque creo que las etiquetas nos limitan, pero sí te diré que descubrir qué es la alta sensibilidad y cómo funciona me ha dado mucha paz.